Ahora que se viene con todo la Vans BMX Pro Cup, es obligatorio repasar este libro que sólo un clavadazo de la bicla pudo escribir.
Y sólo Rogelio Garza cabe en esta descripción obsesiva con el “invento de locomoción fantánstico” como describe El Roger a este vehículo que si bien su inventor original sigue atorado en el misterio histórico (Rogelio explica que en la fase antigua del mundo árabe, China, Roma y Grecia ya pueden rastrearse vestigios así como los planos atribuidos a Leonardo da Vinci o los prototipos de pre-bicicletas como el celerífero del francés Conde de Sivrac de 1790 o draisina del ingeniero alemán Varon von Daris de Sauerbronn en 1816), se le atribuye a Kirkpatrick MacMillan la contribución del mecanismo de pedales para mover la rueda delantera en 1839.
Según este libro editado por primera vez en 2008 bajo el sello Rueda Libre, propiedad del mismo Garza, aproximadamente en la actualidad, 100 millones de personas utilizan la bicicleta como medio de transporte habitual o recurrente en todo el mundo, pero con las nuevas tendencias de urbanismo, la bici pasó a convertirse en protagonista de una tendencia propensa a la frivolización costosa regenteada por ese farol hipster que a todo sazona con un toque de superioridad artificial.
Por suerte, Rogelio devuelve a la bicicleta la dignidad que todo objeto de culto se merece al lado de las ilustraciones de Maru Sandoval, otra devota de la bicicleta.
Las bicicletas y sus dueños, editado con todas las reglas de un libro de arte, pasta dura y hojas de lujo, es un envolvente recorrido por la historia y evolución de la bicicleta, pero vista desde el punto de vista de personajes icónicos quienes pedaleando dieron forma a ese trayecto que los llevó al podio de los famosos.
La investigación de Garza fue tan exhaustivamente pop, que dio con las bicis consentidas propiedad de científicos, leyendas ácidas, miembros del jet set y hasta santidades como la Turbo Eolo HHT de Juan Pablo II, curiosamente fabricada en México, regalo del equipo de ciclismo Chirio Forno D´Asolo Turbo como gratitud por la bendición de Su Santidad para que les ayudara con la victoria.
En la rodada de personajes aparecen, entre muchos otros, La Cosmos de Carl Sagan, la Cannondale F400 Femenine Spex que le ha permitido a Madonna llegar a sus 60 años con los músculos firmes y cuerpazo que ya quIsieran sus vasallas que aspiran a tumbarle el título de La Reina del Pop, el Che Guevera y su BH que inspiraron sus crónicas, la Huffy Super Roadster que John F. Kennedy utilizaba para más o menos escapar de las perversas obsesiones de poder de su familia; Syd Barret con su reliquia Humber modelo Sprite a la que le dedicó su canción “Bike” que aparece en el primer disco de Pink Floyd The Piper at The Gates of Down, Albert Hoffman considerado el primer hombre en viajar, literalmente, en ácido lisérgico mientras conducía su Condor fabricada por la Swiss Army Bicycle y hasta Paris Hilton hace una aparición con su lujosísima Specialized Strumjumper FSR Expert para mujer.
En cada episodio, Garza desmenuza las especificaciones de los modelos de bicicletas con vocación entretenida y lúdica, combinada con la breve biografía de sus legendarios dueños, como piezas para armar y un montón de divertidos datos curiosos.
Libro difícIl de soltar por lo fluido de su estructura y destinado al culto por su tiraje, quizás hacerse de un ejemplar sea complicado pero vale la pena el esfuerzo.
Indispensable para desenmascarar a uno que otro farolero de la bicla.