Como ya se ha vuelto una bella tradición, el platillo principal de esta celebración que tenemos es la música y no podía faltar un diverso cartel de exponentes para que el respetable se moviera a diferentes ritmos y cadencias. La gente se dejó caer con todo para llenar el Frontón y llenarlo de electricidad desde antes que comenzara la primera nota.
Los encargados de abrir la ceremonia fueron No Wrong Numbers, los grandes ganadores de Sessions Mx quienes a pulso probaron ser una gran adición al cartel. Desde que entraron al radar de Vans se han convertido en un pequeño fenómeno en la antesala de House of Vans y al momento de probarse lo hicieron con todo. Ritmos de funk que colindan con riffs rockeros prendieron la mecha, contoneandose en un cóctel que pocos se podían resistir. Aclimató como debió esa música y los NWN se presentaron como toda una banda experimentada.
La gente ya estaba más que prendida cuando Molotovtomó el escenario. A últimas fechas, los cuatro infames de la Ciudad de México andanpromocionando su disco acústico, grabado en vivo para la afamada serie de conciertos de MTV, pero lo que presenciamos fue algo enchufado directo a la corriente de la pared. Hit tras hit tras hit tras hitse dejaron venir (sin albur) y lograron llenar el papel principal de la película, comportándose como verdaderos headliners. El público respondió como debe: brincos, slam y coros a todo pulmón; la excitación adolescente persigue a los Molotov a donde vayan, rebasando cualquier amenaza de convertirse en un acto de nostalgia: esto es ahora, un ahora perpetuo desde 1996 que sigue vigente, como un ritual de pasaje para los jóvenes adultos. Después del chapuzón en esta peculiar fuente de la juventud, ya nos pudimos dar por bien servidos en aquella primer noche de House Of Vans CDMX.