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Pretty in Pink: una celebración ochentera del rosa

En los años 80 las películas de John Hughes gobernaban las taquillas, pues apelaban al público adolescente. Hughes era uno de los directores más exitosos y no sólo eso, sino que también escribió y produjo algunas de las películas más emblemáticas de esa década como Breakfast Club (también conocida como El club de los cinco), Sixteen Candles o Ferris Bueller’s Day Off. Por otro lado, Molly Ringwald era una de las actrices recurrentes en las películas de Hughes y se convirtió en un ícono después de protagonizar dos de las películas antes mencionadas, pero sin duda, la película que la convirtió en estrella fue Pretty in Pink.

La película se estrenó en 1986 y es una comedia romántica que contaba la historia de Andie, una adolescente que pertenece a la “clase trabajadora” y se enamora de uno de los chicos de “clase alta” de su escuela. A la vez, Andie debe cuidar de su padre –quien está en depresión y sin trabajo–, tiene buenas calificaciones, trabaja en una tienda de discos y tiene su propio estilo gracias a que compra ropa de segunda mano. Tiene también dos grandes amigos: Iona, que es una especie de figura materna/hada madrina y Duckie, su “mejor amigo” que en realidad está enamorado de ella y la acosa todo el tiempo. Cuando Andie descubre que el tipo que le gusta, que se llama Blane, le corresponde, intentan salir, pero pronto se encuentran con la desaprobación del círculo de amigos de él (todos super adinerados), pero es especialmente Steff, el mejor amigo, el que parece tener un particular disgusto por ella. Por otro lado, Duckie, su supuesto mejor amigo, está constantemente celando a Andie y tratando mal a su nuevo novio, lo cual, es horrible. 

Otra cosa que es importante saber es que, tal como el nombre de la película da a entender, el color favorito de nuestra protagonista es el rosa y eso puede verse en cada uno de los outfits que utiliza en la película, lo cual la vuelve (a los ojos de los estándares de los años 80) súper femenina. Además, de que en una interpretación, es quizá el rosa como un color asociado generalmente con lo “bonito” lo que ayuda a Andie a dar otro tono a su complicada vida. 

Podría pensarse que Andie es la heroína delicada que tiene todo en su contra: su posición social con respecto a otros en la escuela, la ausencia de padres (su madre los abandona y por eso el padre cae en depresión), la forma en la que es tratada por tener buenas notas y encima, tolerar al insoportable de Duckie acosándola incansablemente; sin embargo, es justamente cómo Andie se sobrepone a todo lo anterior (excepto al horrible Duckie) lo que la hace un gran personaje.

Sumando a lo anterior, cuando Andie y Blane deciden ir juntos al baile, Blaine se siente presionado por sus amigos y decide ignorarla, cuando ella lo confronta, él le termina diciendo que “se le olvidó” que ya había quedado en ir con alguien más. Así, no sólo termina siendo humillada por los amigos del tipo este, que cada que pueden la hacen sentir mal por no tener dinero y usar ropa de segunda mano, sino que el tipo del que está enamorada, la trata horrible.

Y he aquí lo mejor y lo peor de la película:

Andie decide ir sola al baile para demostrarle a los ricos de la escuela, que por más que intentaron hacerla sentir mal (incluyendo a Blane), ella es fuerte y sigue adelante.

Para poder ir al baile, y como no tiene dinero para un vestido, le pide a Iona –su amiga/hada madrina que mencioné anteriormente– el vestido increíble que ella usó en su baile, el cual es obviamente rosa y Iona, como es buenísima amiga, se lo regala.

Andie y Iona con su vestido

A lo largo de la película, Andie demuestra tener un gran estilo, practicidad y sentido de la moda con el uso de su ropa vintage, por lo mismo decide “intervenir” el vestido de Iona. Luego, vemos un montaje de Andie preparándose para el baile y no podemos esperar a ver cómo ajusta el vestido… para nuestro terror, convierte un vestido realmente bonito y un vestido usado que le compra su papá, en una cosa HORROROSA que hasta la fecha ha pasado a la historia como uno de los vestidos más feos en el cine.

El horrendo vestido que terminó haciendo Andie (o mejor dicho, la producción)

Por si fuera poco, el acosador de Duckie termina yendo con ella al baile. A continuación vienen spoilers de la película.

Una vez en el baile, Blane se le acerca a decirle que se ve increíble (cosa que ya vimos que no, pero la actitud lo es todo), no sin antes darse cuenta de que todo este tiempo, su amigo Steff estuvo también enamorado de ella y la resentía porque Andie es tan lista que se dio cuenta de la calaña de persona que era él y lo rechazó. Y ahí Blane se da cuenta de que fue un imbécil por dejarse influir por su amigo y se disculpa con ella.

Acá, lo peor: Andie decide perdonarlo.

Sin duda, Pretty in Pink es una película que obedece a los estándares que los 80 demandaban: que la heroína perdone a Blane (ni modo que se quedara sola al final), aceptar el acoso de Duckie como una especie de “amor que no se puede corresponder” y el acoso de Steff también, que funciona de una manera un poco más agresiva. Sin embargo, tiene también elementos que valen mucho ser rescatados como su sensibilidad, su empatía, su creatividad e inteligencia, que han servido para moldear a personajes de cine con finales más afortunados.

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