De toda la oferta de festivales que inundan el calendario capitalino, Hipnosis se abre paso como aquel que apuesta por armar una alineación más pura, lisérgicamente hablando, a tal grado que el sonido se impone majestuoso, literalmente, por encima de todas las actividades que suelen darse en este tipo de eventos musicales.
Si, el viaje está punto de comenzar.
Muy importante: Hipnosis ha cambiado de sede, y el próximo 6 de octubre, el escenario se levantará al interior de Las Caballerizas en Huixquilucan.
Dicho esto, el también conocido como psych-rock y su primo hermano, el garage, bien podrían considerarse como la primera extracción de la primera y fundacional ola del rock, allá en los sesenta, de ahí que se le consideren como los subgéneros de más pureza en sus guitarras, en cuya ejecución, son capeces de dislocar, cuando no alterar, los sentidos, hasta envolver al oyente y ponerlo en un estado de trance mental. Y si, hipnótico. El nombre del festival no es una mera ocurrencia pegajosa y hashtageable, aquí se viene a dejarse hipnotizar por medio del phasing de las guitarras saturadas de cromas auditivos y paisajes de horizontes con riffs como montañas.
El crítco musical británico Simon Reynolds define al rock psicodélico como “una confusión de los sentidos en la que el oído ve la música a la manera de intrincados patrones, figuras escultóricas o movimientos de flujos amorfos”. Desde luego, para extender las bases del rock elemental, guitarra, bajo y batería, a niveles de alucinación promiscua, se tuvo que echar mano de sustancias que potenciaran la capacidad de ejecutar sonidos como pinceladas y según la prescripción contracultural de los sesentas, el LSD era el necesario para exprimir las guitarras hasta volverlas aceitosas y brillantes. La psicodelia en el rock no puede entenderse sin el germen del ácido, sobretodo el californiano, de dónde surgieron una de las bandas emblemáticas y seminales del psych rock: The Byrds.
Una de las bandas que representan muy bien aquel espíritu y que serán parte del cartel de Hipnosis 18 es el cuarteto de Wooden Shjips, oriundos de la bahía de San Francisco, han sabido alterar, en el buen y ensoñador sentido, el legado de ácido californiano de los Byrds, con sus melodías flotantes:
Un poco más oscuros y perturbadores, sus paisanos OM, desplegarán compases que suenan a una religión alucinógena e introvertida
Aunque uno de los actos estelares estará a cargo de los neozelandeses (aunque radicados en Portland) de Unknown Mortal Orchestra, perfecta fusión de psicodelia tradicional con otros géneros por momentos disímiles como el folk artesanal, la tropicalia o un pop elástico de manufactura chiptune
La cita es el próximo 6 de octubre a partir de las 2 de la tarde.