Sin duda alguna, los esqueletos, que muchas veces pueden sintetizarse en los cráneos, son y serán el símbolo indesgastable de la extinción de la vida, una advertencia permanente sobre el final inminente.
¡Peligro! Parece gritar nuestra estructura ósea una vez que se ha secado, pero esa llamada de alerta al mismo tiempo también nos causa una fascinación inevitablemente antropocéntrica; desde la adoración religiosa y tribal, hasta convertirse en un motivo predilecto dentro de todas las disciplinas artísticas; pintura, escultura, fotografía, artes gráficas, etc., etc., etc… Y ya que estamos en estas fechas de celebraciones con pan de muerto y flores de cempasúchil, aquí hay una galería de Calaveritas del arte global.
Foto: Markus Tetter © Jan Fabre/VBK, Wien, 2008, Kunsthaus Bregenz
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