Oriundo del norte de la CDMX y trotamundos activo, el diseñador de producto Andres Lhima se atreve a plasmar su creatividad e ingenio mexicano en una gama de diseños que lo han llevado a vender sus piezas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) y exponer en otros tantos como el Museo de Artes y Diseño de Nueva York (MAD). Con estudios en el Centro de el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura de la U.N.A.M, sus diseños están dando de qué hablar en varios lados, como el destapador de luchador y el sillón fidencio que está construido con un contenido de botellas PET recicladas y tapizado con malla.
Acá les dejamos una plática bien suave que tuvimos con él hace unos días en su estudio.
Leímos por ahí que antes eras grafitero bajo el nombre de FOTOZ ¿Cómo terminaste de diseñador y ganando varios premios?
No le había encontrado lógica porque cuando pintaba era en la prepa como parte del desmadre y el relajo: pintar, echar caguamas y vender dulces. No es que estuviera tan mal pero no es positivo porque no está controlado, es más bien parte de la edad. Yo quería estudiar diseño y comunicación y mi otra opción era diseño industrial, pero decía de todos modos no me quedo, y ¡tómala! que me quedo y en CU (risas). Entonces ya le pare, la última que me avente fue en ahí en el toreo cuando todavía existía y dije pues ya me corretearon, ya me encañonaron ya pise los separos… pues ya que más. Antes no había esa onda de poder hacer algo más con eso y se me bajó la pasión. Pero donde puedo ligar estas dos partes, es en la ganancia de atreverse y hacerlo aunque estés solo. Y desde ahí me gustaba la onda de decir ese soy yo y de saber que soy alguien a quien le gusta ser ubicado por su trabajo.
“todos somos como una alcancía de vivencias que se traducen en cosas o palabras…”
¿Por qué no nos cuentas un poco como influye para ti vivir en la ciudad de México?
Justo esa facilidad de ir y venir por la ciudad con el transporte. La ciudad siempre influye y donde lo noto más es en el sillón Fidencio. Yo estaba muy familiarizado con la zona de la merced, llegaba por diferentes lugares, ya sabía dónde estaban los tacos y la pulcatas, y por su puesto donde están los materiales. No recuerdo si investigué o lo vi porque luego tienen los rollos de malla afuera con los que hacen las bolsas de mandado.
Y por otro lado a mí me gusta utilizar el transporte público, me llevaba los rollos en el camión, ya sabes, le decía le pagó dos al chofer… (risas). Ósea también me gusta eso de estar en contacto, ay si wey, se escucha muy acá no “rozando con mi gente”. Pero la verdad es que nunca te vas acordando de esto cuando diseñas pero al final todos somos como una alcancía de vivencias que se traducen en cosas o palabras.
Este año México es la capital del diseño ¿Cómo consideras la etapa por la que está pasando actualmente el diseño en el país?
Lo veo muy bien porque hay muchas oportunidades, cuando entre a la escuela yo dije ya voy a diseñar; mi carrera inicio en la escuela como estudiante. Yo creo que desde las ferias ayuda mucho, está el Design Week que no es todavía mucho para estudiantes por los costos pero también está el Abierto Mexicano de Diseño. Ya hay muchos medios y ayuda que el internet te muestre lo que se está haciendo en otros lados, por ejemplo San Luis, Guadalajara y Monterrey. Ya se está descentralizando.
Bueno, que sea la capital del diseño no significa también que todos vayan a diseñar ya que es un grupo específico el que se encargó de traerlo. Que tampoco está tan mal porque a fin de cuentas va a impulsar y atraen las miradas hacia acá.
Algunos de tus trabajos los has expuesto en museos de Estados Unidos y otras partes ¿Cómo has visto que conciben el ingenio y creatividad mexicano en otras partes del mundo?
Me tocó con la mamá canguro y los tulipanes, pero en el caso del sillón Fidencio en Nuevo México les parecía muy interesante estar metiendo botellas en la malla, aunque siento que a fin de cuentas eso todavía está catalogado como Kitsch; que agarres cosas de cultura y las utilices en tus diseños. Y al contrario con la mamá canguro y los tulipanes, me adapte a un cliente y a un concurso. Ye estando en Italia te das cuenta de que eres un representante de México y de lo poco que nos conocen; me tocaba también la onda de “ah, todos traen sombrero, eres el prototipo de mexicano, chaparrito y gordito”. Pero creo que si he sido respetado y premiado pero no por ser mexicano sino por ser yo y con lo que me quedo es que soy un representante de México y eso también tiene una carga fuerte de llegar vender lo mejor de lo que es México.
¿Cuál es tu objeto preferido?
Un objeto que me gusta mucho es la cuchara, se me hace de los objetos más cabrones en la humanidad; no sé cuántos años han pasado pero la cuchara sigue siendo la cuchara. Puedes encontrar desde la de plástico para comerte tu tamal hasta la de plata de Tiffany para un regalo. Pero el caso es que con el mismo diseño puedes comer varias cosas, de hecho estoy trabajando en el diseño de una cuchara bastante conceptual, ya la mande a imprimir en 3d para hacer el fundido en plata.
“Las modas siempre van a ser modas y lo clásico siempre va a permanecer”
¿Qué es lo más Off the Wall que te ha sucedido en esto del diseño?
Cuando me fui a Nueva York la primera vez, llegué a Manhattan y la verdad no hablo inglés, estaba en un museo y me pegue a un grupo de españolas que estaban dando un tour por los museos, pero sí se dieron cuenta y me dijeron que me habían “pillado”. Después ya estaba sentando en Central Park y veo pasar a la curadora del grupo y le grite ¡Gema! Ya sabía que hablaba español y nos pusimos a platicar le dije que estaba presentando una pieza en el MOMA y ella era artista y guía de turistas. Al final pues me invito al MET (Museo Metropolitano de Arte), que estaba cerrado, pero no importaba porque ella me podía dar un tour privado y pues ya nos lanzamos a ver los Rembrandt. Y pues otra más personal que conocí a mi novia por andar en esto, creo estar haciendo lo que te gusta es estar conectado contigo mismo y al final estos son los premios.
¿Te consideras alguien más Old School o arriesgas más por las nuevas tendencias?
En el proceso soy muy de la vieja escuela me late estar haciendo muchos bocetos y también prototipos. Pero por ejemplo ayer le decía a un arquitecto que hay un banco de Alvar Aalto, el “stool 60”, que van a pasar cien años y va a seguir vigente, entonces siempre pienso en objetos que se conviertan en atemporales. Me he dado cuenta que lo básico y lo sencillo es lo más atemporal pero también lo más complejo, siempre busco eso en mis diseños.Las modas siempre van a ser modas y lo clásico siempre va a permanecer.
“estar seguro de lo que quieres hacer, no puedes dudarlo, tienes que estar dispuesto a pagar el precio…”
¿Qué crees que te hace autentico?
Pues creo que las personas que he conocido me han dado su confianza por cómo he sido, porque soy transparente. Lo que me ha dejado más esto es valorarme como persona y no intentar ser otra cosa. Es como estoy interactuando contigo y estás hablando y dices “no, no digas eso” o “eso no lo hubieras dicho”; pero al final pasa lo mismo con las ideas, cuando llegan las tienes que sacar. O sea si hay un filtro, pero se me ocurren cosas y digo va eso está chido. Y creo que hay un congruencia en como soy como persona y a la hora de diseñar.
Sin duda necesitamos más exponentes como tú que nos represente en otras partes del mundo ¿Qué es lo que puedes recomendar a los jóvenes que están empezando o en general?
Pues tienes que atreverte y adaptarte, amoldarse para conseguir las cosas que tú quieres. Es súper bueno tomar decisiones no importa si al final la cagaste porque aprendes de que hayas decidido hacer algo. También tienes que mantener ese nervio de la emoción y no caer en costumbre y la monotonía, no perder el hambre cuando estás creando y también de ser alguien. Y sobre todo estar seguro de lo que quieres hacer, no puedes dudarlo, tienes que estar dispuesto de pagar el precio.
Pueden encontrar más información de los diseños de Andres Lhima aqui.