Ya llegaron los tres barbudos y aparte de la gozadera de comer rosca, también morimos de la emoción de saber que a veces nos dejan una lana con la que podríamos comprarnos cosas.
Si todavía no tienes bien amarrados tus deseos o eres de los que piden efectivo para ver que te compras, aca les dejamos algunas recomendaciones para empezar tu colección de vinilos, o si ya la empezaste, agregale algunos clásicos que siempre hacen falta.
Lo bueno de estos discos es que no importa tu edad o la del disco, porque siempre estaran vigentes y serán una delicia escucharlos de nuevo.
Sex pistols – Never Mind the Bollocks, Here’s the sex pistols (1977)
Aunque las cosas no salieran como a Johny Rotten le hubiera gustado y con la presión que han generado las acusaciones de banda prefabricada, este disco no deja de significar un sin fin de cosas para la cultura musical. Desde la mala calidad de grabación, los temas de la letras y el empuje trasher de tocar un instrumento, sin realmente saber cómo hacerlo, lo colocan como un clásico que no se debe olvidar.
Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio – El circo
No se pude dejar de lado el producto nacional y menos a una de las pocas bandas que logró fusionar la cultura popular mexicana con géneros como el ska. Un disco auténtico de pies a cabeza, historias urbanas y uno de los mejores guitarristas mexicanos de la historia (Enrique Montes) convierten a este disco en imprescindible.
The Clash – London Calling (1980)
Una antologia musical en un solo disco, la colección de tracks aperturada por “London Calling” es sublime por la variedad de géneros que los ingleses conjugaron a lo largo y ancho del álbum.
Café Tacvba – Re (1994)
El cuarteto mexicano de Ciudad Satélite nos regaló una de los mejores discos del rock nacional, lleno de folklore, texturas y composiciones de otro nivel. Este disco de una u otra forma se ha impregnado en la cultura popular de México.
Pixies – Doolittle (1989)
Pudimos comprobar el años pasado en la plancha del zócalo de la CDMX, que los oriundos de Boston son una de las bandas mas grandes, aun vivas, sobre la tierra. Este disco en especial encapsula de forma concreta la locura de Black Francis y demuestra el tamaño de músicos que son cada uno de los integrantes. El disco contiene quince tracks para volarse los sesos y una portada y artes pletóricos a cargo de Simon Larbalestier.