Por Erick Estrada
“Como artista visual que sólo usa películas y video en un trabajo experimental que no está basado en narrativas lineales, mis prácticas incluyen performance, instalaciones y fotografía digital. Me arropan la crítica y la complejidad formal mientras pugno por una audiencia activa y comprometida. Temáticamente mi trabajo deconstruye el cine que muy seguido limita y convierte en objeto a la mujer. Mi trabajo hace que estos cuerpos y estas historias invisibles se vuelvan visibles. Como artista lesbiana encuentro muy pocas representaciones reales así que pongo a la vida lesbiana en esa pantalla en blanco, dejando una marca cultural para futuras generaciones”.
Barbara Hammer
Barbara Hammer es probablemente la primera cineasta en hacer visibles las relaciones entre lesbianas a través del cine y lo hizo en una época particularmente difícil para ello por lo que el mérito que hay que darle es gigantesco.
Nació el 15 de mayo de 1939 y de formas variadas su familia estaba ya vinculada al cine (su abuela participó en el servicio de cocina en el rodaje de la controversial El nacimiento de una nación). No siempre supo que era lesbiana. Fue hasta el estallido del feminismo radical en California en los años 60 y 70 que se declaró como tal, de manera más precisa en 1974 después de haber estudiado Psicología y Literatura Inglesa.
Cualquiera pensaría que al dar un paso de tal magnitud Barbara buscaría entrar al cine de las grandes masas para comunicar su mensaje de libertad y revolución pero en vez de eso se hizo de una cámara Super 8 (que ya es un símbolo de libertad y cambio en el cine de esos años y en el de los nuestros) para montarse en una motocicleta y registrar desde donde fuera posible todo lo que a ella le interesaba.
Es justo en esos años en que logró terminar Dyketactics que ahora está catalogada como la primera película lésbica dirigida por una lesbiana. Se trata de un cortometraje experimental de apenas 4 minutos que recogen 110 imágenes. Al inicio asistimos a una exploración personal de la misma Barbara Hammer. Son sus manos las que tocan su cuerpo, la luz cae sobre su cuerpo y son sus pies los que juegan con la hierba. Es además ella misma la que se fotografía y quien, posteriormente, realizó el montaje de la película.
Dyketactics se convierte entonces en una muestra de lo que representaba ser lesbiana y feminista en esos años. La observación hacia adentro y la autosatisfacción que frente a un mundo radicalizado como el de ahora era una de las pocas formas de manifestación de una sexualidad rechazada de tajo. Mi cuerpo, mi sexualidad, mi registro para las futuras generaciones.
De lo pornográfico a lo existencial este pequeño trabajo es también un reto hacia lo que consideramos pornográfico y existencial. Sin grandes imágenes provocadoras la exploración corporal de Hammer sobre Hammer, su registro y su montaje, son un manifiesto de derechos personales que a la fecha siguen gritando a favor de los derechos de todos y de todas, seamos lesbianas o no. Al tratarse de un experimento Dyketactics rompe la barrera del tiempo y se convierte en el inicio de una lucha y en la marca para todos y todas aquellas que vienen detrás de que la cadena de libertades que se buscan para todos y todas el larga y en consecuencia fuerte.
De este tamaño es el trabajo de Barbara Hammer. Murió en 2019 pero nos dejó películas como A Gay Day (1973), New York Loft (1983), Nitrate Kisses (premiado en la Berlinale en 1992), Lesbian Whale (un corto animado de 2015 con ilustraciones hechas por la propia Hammer en sus inicios como artista) y Our Grief is not a Cry for War en donde deja clara su postura alrededor de los ataques terroristas al World Trade Center en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
© Marta Selva