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El Hipnosis y su showcase nacional demostraron por qué la psicodelia sigue siendo de lo más emocionante

El Hipnosis y su showcase nacional demostraron por qué la psicodelia sigue siendo de lo más emocionante

Marcos Hassan 8 agosto, 2018

por: Marcos Hassan @Kiddieriot

 

Antes era más fácil identificar a la música psicodélica. Cuando apenas comenzaba esta movida en los 60s, la psicodelia era la música de la contracultura, colorida e informada por espiritualidad oriental en diferentes formas. Por supuesto también por su asociación a las drogas psicotrópicas con fin de expandir la mente a nuevas dimensiones más allá del mundo terrenal. Era todo lo que representaba la juventud que buscaba algo más, un mundo de amor y paz. O igual era sólo ponerse.

Dicho esto, la música tomaba muchas formas, desde los experimentos de estudio de los Beatles a las armonías de los Beach Boys o los Zombies, del blues performativo de los Doors y Jefferson Airplane a las improvisaciones eternas de Grateful Dead y Pink Floyd, del blues que va más allá del blues como fue practicado por Jimi Hendrix y Janis Joplin; todos estos ahora son nombres legendarios, su fama sigue sin precedentes. Hoy en día vivimos una inversión de estos tiempos dorados de la psicodelia, donde esta música ya no es la más popular entre los rockeros, tampoco representan una contracultura unida pero es de la música más brillante que podemos encontrar dentro y fuera de los límites de las guitarras y con fans alrededor de todo el mundo a los que los une la exploración del sonido. De hecho, lo único que sigue uniendo a la vieja ola con los nuevos estandartes es la inquietud de hacer algo poco convencional con la música.

 

 

Inclusive ya se ha superado aquella cualidad desenfocada de ácidos después de deambular cinco días a través del bosque. Eso fue lo que vivimos el miércoles 1° de agosto en la presentación del cartel del festival Hipnosis, probablemente el festival más importante enfocado exclusivamente a esta movida en México. Está en el punk-progre-desmadroso-lisérgico de los headliners King Gizzard and The Lizard Wizard, en el hip-hop indie melódico como en casa de espejos de Unknown Mortal Orchestra, en las meditaciones doom de bajo y batería de los recién anunciados Om, de los guiños al krautrock de Wooden Shjips, y otros estilos entre las demás propuestas que habrán en este evento de octubre. Para anunciarlo, convocaron a un evento en el Foro Indie Rocks donde vimos a tres representantes nacionales de la movida psicodélica de nuestro país.

Después de la proyección atropellada del cartel final del magno evento, comenzaron los macizos de K, una de las cartas más fuertes en lo que a metal lento y pastosos mexicano se refiere. El cuarteto de la Ciudad de México lleva mucho tiempo tocando en la escena subterránea del país –su existencia comienza a la par de bandas como Apocalipsis y Nazareno El Violento, y comparten miembros con Weedsnake— pero no fue sino hasta principios del 2018 que por fin lograron sacar un disco de estudio. Aunque muy pesada, su música más bien se concentra en hacer atmósferas que van mutando a un paso deliberado, tomándose su tiempo. Las cabezas se mecieron con fuerza en aprobación a través de un set épico que se desarrolló pacientemente.

 

Una de las mejores bandas que han salido del underground de nuestro país en los últimos años ha sido El Shirota. Comenzando como un grupo de garage proveniente de Ciudad Satélite, a partir de su segundo lanzamiento, el cuarteto se ha expandido para demostrar el poder en las repeticiones, ruido de pedales de guitarra, disonancia aguda y gritos bien pelados. Mientras que su trabajo en el estudio es más que impecable, es en el escenario donde en verdad brillan, llevando sus experimentos a sus últimas consecuencias sin sacrificar eso de rockear bien duro. Los beats son acelerados y fuertes, por los que el respetable no tuvo de otra más que armar el slam frenético, respondiendo cada vez que la banda tronaba el ambiente con más feedback. Uno de esos actos que hay que ver para creer.

 

Por último vino la relativa calma, Muuk son un quinteto que, adornados de máscaras, dieron el set más raro y ruidoso de la noche, saliendo de los límites del rock hacia algo más de vanguardia. Además de guitarra, bajo y batería, Muuk tienen dos integrantes tocando sintes y no pasó mucho tiempo en el primer track cuando ya estaban liberando altas dosis de ruido libre para regresar a un groove fracturado. Aunque no del todo una agrupación experimental –su sonido está anclado por los instrumentos tradicionales– desafían cualquier expectativa que se puede tener, sea por género, ritmo o timbre de sus instrumentos. Siendo esta música que se toma en serio el concepto de experimental, no todas las prácticas de sus tracks son un éxito, pero es agradable ver que aún hay quienes se toman riesgos.

 

La música psicodélica puede no dominar el mundo como alguna vez lo hizo pero sigue dándonos música muy emocionante que no hace las cosas a la segura. Cuando logra una nueva combinación de texturas y ruidos, es de lo mejor que podemos encontrar para los que amamos lo poco convencional. El concierto de la presentación del cartel sólo ha hecho que nuestras expectativas para el Hipnosis sean aún más altas.

 

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