No muchos hablan de Elbow. Aún cuando les han dado un sin duda merecidísimo horario estelar: 9 de la noche, escenario Corona.Para muchos, las ñáñaras no son las mismas, o al mismo nivel que Foo Fighters, Green Day,  o Phoenix o The XX hablando de bandas preñadas en los albores del nuevo milenio, más o menos la misma época en la que Elbow vio la luz.

Porque estamos hablando de una bandota, cuya principal virtud es la introspección, romántica, brumosa como las calles de Manchester en donde se formaron. Mientras en los primeros dosmiles, bandas como los Libertines resucitaban la pureza desmadrosa del rock, Guy Garvey, el señor al frente de Elbow,  proponía melodías que apuntaban a las profundidades de las emociones; se ponía la gabardina como manifiesto frente al ultrafashionismo de los Strokes.  Y junto a cuatro compañeros, lanzaban Asleep in the back,  un disco taciturno, casi minimalista, como sus portadas, de individualismo críptico. Recuerdo que el Cast of thousands del 2001 lo compré por la intriga que me provocaba la portada.

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Siempre nadando en atmósferas de suspiros meditabundos e intransferibles que te envuelven cada que pones un disco de Elbow. Sus álbumes son de esos que le van a bien a la  claustrofobia y la poca luz. Tímidos y melancólicos, con la honestidad como droga. Sin mucho que demostrar, sólo la historia de hombres comunes y corrientes, como el tipo de la tienda de la esquina,  hablando de amores y recuerdos y esposas de mirada inalcanzable.

Y todo producido con meticulosidad que alcanza picos de catarsis y drama, con ayuda de orquestas, riffs y gospel, para luego volver a perderse a los laberintos individuales, cuya guía es la voz aseñorada y alcohólica de Guy.

Hasta hace poco, eran un grupo exclusivo de pequeños foros. Pero con el lanzamiento este año de su séptimo disco, Little Fictions, según los críticos, su trabajo más optimista (aún cuando toca aspectos espinosos como Inglaterra frente al Brexit, la inmigración y la propensión al conservadurismo y en el que ya no participa el baterista original), Elbow han sido solicitados por las arenas de carácter masivo, lo que los ha llevado a replantear el tratamiento de sus rolas al momento de sacarlas en vivo. Lo que nos lleva a pensar que su acto en el Corona será una delicia, una inmersión al submundo instrospectivo de  Elbow.

@distorsiongay