El 2020 se caracterizó por la pandemia sin duda, pero esta nos acercó de manera muy particular a nuestro consumo de medios. TV, Cine, Música, consumimos esto en demasía mediados a través de pantallas. En un año sin presentaciones en vivo, los álbumes renacieron.
Acá algunos de los favoritos de Marlon y Wenceslao.
YHLQMDLG x Bad Bunny
El 2020 fue como una zanahoria para Bad Bunny, se lo comió de un bocado que ha disfrutado. YHLQMDLG (Yo Hago Lo Que Me Da La Gana) es el disco de reggeaton por excelencia de los últimos años porque cruzó fronteras como nunca, logró darle un giro diferente al género y se posicionó como un disco hispanoamericano a nivel global.
Bad Bunny realmente hizo lo que quiso junto a su productor de cajón Tainy, un tributo al reggeatón y donde reúne a sus ídolos de la infancia; Daddy Yankee, Ñengo Flow, Jowell & Randy y Arcángel. Un disco de 20 canciones que parecería largo para las producciones convencionales, pero resulta que ahí reside una de las fortalezas de este disco; un álbum generacional porque justamente reta al status quo conservador con cuestionamientos como los roles de género en “Yo Perreo Sola”.
En YHLQMDLG no hay tracks tan complejas líricamente hablando, porque Bad Bunny sabe en qué tiempos está viviendo: un mundo postmoderno. Algo que entiende a la perfección y lo refleja en la composición de sus canciones al crear versos pegajosos en español. Rápidas para que cualquiera pueda consumirlas bajo una producción de beats a la perfección.
YHLQMDLG no sólo tiene reggeaton, abarca latin trap, pop, synth-pop y hasta rock y que durante más de una hora, Bad Bunny abarca temas como la fiesta, dudas existencias y la influencia anglosajona con la que creció. Al mismo tiempo de ser el perfecto agradecimiento de alguien que no se olvida de sus raíces a pesar de ser el artista más escuchado en diversas plataformas streaming.
In Case We Never Rave Again x Bored Lord
Una tremenda productora y dj que les devuelve a las palabras queer y trans su signficado callejero y rebelde. In case we never rave again es una suerte de apocalíptico tributo a los salvajes beats de los raves de los primeros noventa que ponían a bailar a los asistentes bajo un medio ambiente de auténtica subversión comunitaria.
El festivo desacato puede sentirse en la perfecta yuxtaposición de sampleos que pone a Kylie Minogue, Dido o Nirvana en una orgía de drum and bass y techno lujurioso. Pero que al mismo tiempo sostiene el inevitable surco de nostalgia que nos amenaza los días de covid. Un brindis de rave por los tiempos que quizás no volveran nunca.
Map of the Soul: 7 x BTS
La boyband del año, BTS. El fenómeno que estos jóvenes han causado a nivel mundial, va más allá de su gran carísma o perfectas coreografías. Map Of The Soul: 7 es una obra maestra para la música en general y no sólo el lado comercial. En esta producción discográfica, los 7 jóvenes bien vestidos lograron hacer el ejercicio de introspección personal y como banda cuestionar dónde están parados, por qué están ahí y adónde quieren ir.
La armonía colectiva que se escucha a través de sonidos como hip-hop (barras en coreano), pop y R&B se debe a un trabajo que BTS construyó desde sus inicios, exactamente 7 años antes de este álbum. En Map Of The Soul: 7 hay luz y oscuridad (melancolía y felicidad) por la que esta boyband ha atravesado en toda su carrera musical. Demuestra que BTS es un punto de encuentro para sus integrantes, la habilidad de reinventarse y seguir adelante sin la necesidad de reprimir o esconder eso que “está mal” para algunos.
Sí, es una producción k-pop, pero este disco está lleno de armonía colectiva a la perfección desde sus coros, sonidos y hasta en el artwork de la portada en la cual el número 7 tiene 7 capaz de diferentes colores que representan a cada una de las personalidades de BTS.
Map Of The Soul: 7 refleja la importancia que BTS presta al trabajo duro y no conformarse.
Tiempos Raros x El Shirota
7 años tuvieron que pasar para que El Shirota tuviera su primer disco. 7 años en el que recorrieron el verdadero underground mexicano, un recorrido en el que a pesar de las dificultas que representa conseguir un gig, ellos seguían esforzándose por dar lo mejor. Tiempos Raros es el resultado de la constancia.
Esta producción DIY ruidosa para nada es monótona, es volátil en el buen sentido; una explosión creativa entre riffs, jamming, una línea de bajo súper cuidada y una batería potente donde la voz deambula para hablar de ese punto de quiebre del joven/adulto.
Hay noise, shoegaze y hasta un gran remate de punk al final. Esto demuestra la habilidad de reunir diversas influencias en un mismo lugar. Sin duda alguna Tiempos Raros no suena a Sonic Youth, Nirvana, Primal Scream o alguna banda de los noventas, suena simplemente a El Shirota.
Fetch the Bolt Cutters x Fiona Apple
Cada vez que Fiona Apple saca un disco queda claro por qué es una artista revolucionaria para sus tiempos. Fetch The Bolt Cutter no es la excepeción. Quinto álbum de Apple que le tomó 5 años, bastante tiempo para la industria que alguna vez la criticó. Sin embargo, ella comprende que se trata de sacar calidad en vez de cantidad de producciones y vaya que se escucha el por qué en este discazo.
Fiona cuenta sus experiencias, errores y aprendizajes, haciendo un perfecto collage lírico y musical por medio de 13 canciones. Además, la composición de Fetch The Bolt Cutter trasciende aún más debido a cómo fue construido: varias capaz de sonido, voces y todo lo que tuvo a su alcance como esos audios grabados en su celular, ladridos de perros imprevistos, golpeteo en ollas y hasta bases rítmicas a partir de cucharas o aplausos. Ni que hablar del gran bass line crudo acompañado de baterías sencillas, pero precisas que se escuchan en todo el álbum y el hermoso piano. El cuidado de los detalles es simplemente increíble.
En Fetch The Bolt Cutter la neoyorkina confronta temas “delicados” -inclusive en pleno 2020- para muchos (si no es que para la mayoría) como la repercusión que tuvo el bullying en su infancia, depresión a causa de relaciones pasadas y la misma violación que sufrió a los 12 años. Apple logra su cometido; liberarse de esas experiencias que había cargado toda su vida y todo para bien de ella.
Producción sin edición que llegó este 2020 de la manera más orgánica posible, siendo el claro reflejo de la vida con todas sus imperfecciones, eventualidades y la vulnerabilidad de las personas. Un trabajo que llega en tiempos donde estamos acostumbrados a mega producciones, filtros en redes sociales o ediciones en contenidos multimedia para llegar a la perfección. Fiona Apple deja claro que se puede trascender sin la necesidad de todo lo anterior, pues para ella menos es más.
Ultra Mono x IDLES
Aunque la mayoría de las reseñas maltrataron este disco, en realidad, es una joya desgraciada. Por la sencilla razón de que los IDLES sacaron el cobre. Fue laureado por las impostadas ideologías sobre la deconstrucción machista. Todas esas letras contra la masculinidad tóxica si bien poderosas, cojeaban en su autencticidad.
Los viejos mañosos podíamos saber que eso era un adolescente arrojo por llamar la atención, ser aprobados y pertencer. Eso último una conformista traición para el hardcore que supuestamente los arropa. Lo que hace a Ultramono de los mejores discos del 2020 es la desolada falta de progresismo. Y si algo abundó este año fue consciencia social.
Los Idles no se mostraron deconstruidos, ni malotes o angustiados. Si acaso, su pose se fue hacia la confrontación del arte contemporáneo. Pero es un disco asutero en personalidad que lo muestra tal como son: un grupo de cabrones que se ponen en pedos en pubs y al menos descuido te buscan bronca.
Pure X x Pure X
De un tiempo y hasta el año de la pandemia que la psicodelia se puso de moda. Con el mismo fantoche ahínco con que hace algunos sexenios todos los acomplejados se pusieron a pedalear shoegaze. El rock psicodélico no es un asunto de robarse los modelitos grasientos de la secta de Charles Manson, ponerse gafas de alas de mosca o embadurnarse el cabello de gel y cantar.
Aquellos que se cuelgan las guitarras en plan lisérgico deben tener la neurastenia bien abrazada para conseguir que los escuchas emprendan viajes interiores. Y esto es lo que consigue la banda de Austin, sin tanta payasada ni pasarela, como esos grupos que más bien parecen maniquíes de una boutique vintage.
Ya en su debut, Pleasure, del 2011, Pure X sentaba las bases de un estado de psicodelia ralentizada con pervertidas alusiones a las crudas, la paranoia pero sobretodo el sexo como formas de llenar los lapsos de vacíos en los días. En su cuarto álbum, trascienden estos temas a un grado de redención y pacifismo mortal.
Este disco homónimo es capaz de transportarnos a horizontes de paz ventosa aún en medio de la pandemia. Pero como todo en Pure X, su música esconde pases siniestros escondidos en relajantes ensoñaciones distorsionadas. Y el secreto de su álbum es coquetear con la paz de la muerte chiquita.
floklore x Taylor Swift
Cuando salió folklore se armó un gran debate; ¿qué si Taylor Swift había cambiado de género?, ¿qué por qué no había avisado en sus redes sociales que iba a sacar un disco?, ¿qué dónde estaba la cantante country?… y demás. Bueno, lo interesante de este álbum es que Taylor Swift lo hizo porque quiso sin la necesidad de rendirle cuentas a nadie.
A lo largo de todo el disco se siente ese vibe en el que fue grabado; aisaldo de todo bajo el contexto COVID-19. 16 tracks nostálgicos que llegaron a mitad de año durante el gris verano nublado por la pandemia, mostrando a una cantautora capaz de explorar nuevos sonidos, reencontrarse con algunos otros como el folk y escribir canciones bajo una narrativa de tristeza, alegría y hasta ansiedad por todo folklore. Taylor Swift comparte su lado personal con el mundo en cada track y logra un disco emotivo que captura todo ese sentimiento provocado por el distancimiento social: el cuestionamiento del todo.
En folklore, Taylor Swift no trabajó con Aaron Dessner (The National) y Jack Antonoff (Bleachers y FUN) en la producción o cantó con Bon Iver en ‘exile’, ellos trabajaron para ella, logrando un disco sincero y honesto.
Frail Bray x Western Addiction
En más de una década de formación, esta banda ha sacado sólo tres discos de estudio. Siendo Frail Bray del 2020 la más reciente. Señal de que se toman la producción como algo de extrema seriedad. Por eso los gritos suenan con nitidez apabullante.
Quizás se perciba contradictario que una de punk hardcore se apasione por el refinamiento. Pero la explicación salta al oido: así el mensaje, y la furia, llegan con claridad. Puede sentirse como hasta las letras pasan por un proceso de edición cuidada. Muchas de ellas son reinterpretaciones de poemas clásicos transcritas con slang urbano.
Por algo son una banda de culto en la Bay Area de San Francisco, su ciudad natal. Una banda que le apasiona la música y el hardcore, dejando las apariencias para grupos más mamones.