¿Cómo imaginar el futuro, si día a día la temperatura se eleva, la humanidad se pierde y los recursos naturales se agotan? Paul Auster describió un mundo posible, donde la miseria reina, cualquier descuido puede ser fatal y el sentido de supervivencia mezclado con el coraje y la esperanza es lo único que puede separarte de la vida o la muerte.
La sangre llama, Anna Blume nuestra protagonista principal deja su vida de lujos, para ir a buscar a su hermano a el país de las últimas cosas, sin imaginar el horror que se vive dentro. Las personas que ahí habitan ahí suelen estar en la búsqueda de la muerte, incluso existe un club del asesinato y muy diversas formas en las que puedes quitarte la vida, claro que dependen de los valores y el dinero de cada persona. Porque aquí todo desaparece, el dinero sigue siendo la mayor posesión que se puede tener.
Los días de Anna aquí son lúgubres y sin esperanza, pero gracias a diversas personas que se encuentra en su camino logra sobre llevar el dolor y el vacío que significa que todo desaparezca, que los recuerdos se borren y que la mente ponga en duda si los objetos existieron realmente o son creación de la fantasía. Las tradiciones también han sido eliminadas, la sepultura ha sido erradicada y los cadáveres desnudos son la vista de todos los días.
Auster nos plantea un verdadero futuro apocalíptico donde la ley disfruta de la mísera, donde la higiene y las cosas banales se han olvidado y el animal que todos llevamos dentro puede volverse el mejor aliado para sobrevivir o puede sacar lo peor de cada persona. Es una lectura que nos hace reflexionar, que se adentra a nuestras venas hasta hacernos sentir el miedo que Anna pasa y nos da alivio cuando logra mantenerse viva.
¡Esperamos les guste nuestra recomendación!